Al iniciarse la Guerra Civil, la iglesia parroquial fue clausurada y en el tiempo que medió hasta el incendio, provocado el 6 de agosto de 1936, algunos de sus fondos fueron sustraídos de la Casa Abadía. Los pocos libros que conserva en la actualidad el archivo de fecha anterior a la contienda se deben a la pericia de un vecino que pudo salvarlos en un saco siendo entregados a la parroquia.
finalizada la misma. Pero de los demás libros fruto del saqueo no sabemos nada. Otros debieron perecer destruidos “in situ”.
© 2010 i 2015; Joan Manuel Pons Campos